This is Us y el entretenimiento como terapia
La serie que nos invita a fluir con el cambio y saborear el momento presente llega a su fin.
No siempre veo gringadas melodramáticas, pero cuando las veo me gusta que sean como This is Us.
Sí, me gusta ver series que me manipulen para sentir emociones. Y si vienen con su dosis de existencialismo, aún mejor.
Mientras escribo esto, estoy todavía digiriendo el último episodio, que recién salió. Y estoy pensando en las sensaciones que la serie me ha provocado a lo largo de los dos o tres años que llevo viéndola.
Aunque pienso que la historia es muy universal, sí creo que pega diferente en las personas que tenemos hijos. La manera tan certera y brutal en la que relata y presenta muchas de las dificultades, alegrías y contradicciones de lo que significa tener una familia hace que desarrollemos un afecto especial por ella. El tipo de afecto que sientes por un terapeuta que te ayuda a navegar todo tipo de emociones con una calidez extraordinaria.
Estas son algunas de las conclusiones que tengo, a botepronto, de lo que se puede aprender de esta serie y de por qué tocó las fibras sensibles de tanta gente.
La primera temporada de This is Us se estrenó en 2016. El episodio piloto mostraba cuatro historias diferentes, aparentemente desconectadas. Hacia el final del capítulo, se revela que tres de los protagonistas son hermanos trillizos y la cuarta historia, que ocurre en el pasado, es la de sus padres.
Dos cosas muy características de la serie se establecen en este capítulo. Una es el uso de distintas líneas del tiempo para contar la historia y la otra es la técnica de hacerle la finta al espectador, llevándolo a propósito a cierta conclusión para después subvertir las expectativas. Y cuando esto último sucede es el equivalente en storytelling de cuando le echan extra queso a tu pizza. Suponiendo que te gusta el queso.
A lo largo de seis temporadas, la serie salta entre la infancia de los hermanos Pearson y sus vidas actuales como treintones. Aproximadamente a la mitad del camino, comienzan también algunos saltos hacia el futuro, al otoño de la vida de los trillizos.
A pesar de casi siempre aterrizar en momentos caramelosos, This is Us se distingue por su recurrente tratamiento de temas pesadones como el duelo, el abandono, la discriminación, los padecimientos mentales y la violencia en la crianza, por mencionar algunos.
Una razón por la que creo que la serie tiene un elemento terapéutico es esta forma de presentar, lado a lado, el pasado y el presente de los personajes. Es fácil ver cómo ciertas situaciones de la infancia moldean aspectos de nuestra conducta y nuestra personalidad como adultos. Y también cómo la vida nos presenta segundas y terceras oportunidades para procesar, resolver y cambiar aquello que queremos cambiar. Algunas veces las aprovechamos, otras veces no.
This is Us se hizo famosa por usar giros inesperados y subversión de expectativas como uno de los principales recursos para contar la historia. Aunque es cierto que puede llegar a ser repetitivo, me gusta como metáfora de las bolas curvas que la vida suele lanzar.
Porque al final es una serie acerca de la vida. La historia te lleva a través de toda la vida de los personajes centrales, desde su infancia hasta su vejez. Es una historia en la que fácilmente podemos insertarnos en las diferentes etapas y creo que una gran parte del éxito que tuvo recae en ese detalle.
Hace algunos años me puse a pensar en cuál sería el mensaje divino si nos pusiéramos como limitación obtenerlo exclusivamente de la observación de la naturaleza.
Entiendo que se pueden percibir muchos mensajes y no pretendo que mi conclusión sea total, pero para mí hay uno muy claro que permea todo y es
cambio.
El cambio es la constante en el Universo. Hay conceptos como transformación y movimiento que también parecen fundamentales, pero siento que al final todos desembocan en: cambio.
Y el cambio es, precisamente, uno de los temas centrales en This is Us. El cambio y cómo solemos resistirlo.
Los personajes de la serie constantemente enfrentan la disyuntiva de preservar el pasado y su esencia o aceptar el cambio y adaptarse a nuevas circunstancias. Es una lucha muy humana, pero además en este show es posible apreciarla a lo largo de varias generaciones y desde el punto de vista de todos los momentos en la vida.
Esa resistencia al cambio crece conforme vamos envejeciendo. Esto es porque nuestra percepción del paso del tiempo se acelera conforme acumulamos edad. Así como la infancia se siente como una vida entera, la vida adulta se siente cada vez más como un reloj de arena que se vacía rápidamente.
El personaje de Rebecca Pearson habla en el episodio final acerca de cómo su papá la llevaba al columpio y era su momento especial con él.
“Me hubiera gustado haber dedicado más tiempo a disfrutarlo, en vez de estar pensando en cuándo se iba a terminar.”
Todos somos Rebecca en ese sentido. A todos nos sucede que las marañas mentales nos sacan del aquí y el ahora. Ese momento mágico en donde verdaderamente ocurre la vida.
Hay otra escena, en los últimos minutos de la serie, en donde Jack Pearson le está enseñando a sus hijos a rasurarse. También los está sermoneando por rehusarse a ver videos caseros de cuando eran niños.
“Eso es lo que estamos haciendo: coleccionando estos pequeños momentos. No los reconocemos cuando estamos dentro de ellos porque estamos demasiado ocupados mirando hacia el futuro. Pero luego pasamos el resto de la vida mirando atrás, tratando de recordar.”
Pensando en el futuro, pensando en el pasado. Así se nos va la vida. El único antídoto es estar conscientes de ello y procurar el momento presente. No es nada fácil, pero el paso número uno es tenerlo en mente.
Una de las ideas que se explora consistentemente en la serie es el hecho de que las acciones más pequeñas y los sucesos que parecen insignificantes pueden tener ramificaciones y repercusiones enormes e inesperadas.
La muerte de Jack, el papá Pearson, es el evento central alrededor del cual gira la serie. Un episodio antes de que ocurra, nos muestran la historia de una pareja de la tercera edad que se están deshaciendo de sus cosas para poder vender su casa. Uno de ellos se resiste a dejar ir, pero termina aceptando su nueva realidad y le regala a su vecino, Jack Pearson, una olla de cocción lenta con un falso en el interruptor. Esta falso es el que inicia el incendio que resulta en la muerte de Jack. Las intenciones del vecino, por supuesto, eran las mejores. Pero un detalle en apariencia insignificante puede resonar para siempre en la vida de otros, incluso marcar un antes y un después.
Esta es una verdad tan irrefutable como aterradora. Porque normalmente vivimos con la idea de que somos independientes, tenemos libre albedrío y ejercemos cierto control sobre nuestras vidas. Pero si somos honestos y objetivos, esto es una ilusión. Estamos conectados a todo lo demás, cada acción con su debida reacción, ocasionando efectos en nuestra vida en todas las escalas sin que siquiera nos enteremos.
De eso se trata This is Us. De cómo la vida simplemente sucede. De cómo te pasa por encima y te revuelca como una ola poderosa. De cómo tratamos de aferrarnos a lo que sea para no sentir que estamos a la deriva en mar abierto.
Trata de cómo tu vida puede cambiar por completo en un instante. Cómo los planes y los sueños de la infancia pueden estropearse y de cómo hay que seguir adelante después de que eso sucede. Trata acerca de perder a tus seres queridos sin haberte despedido. De pelearte con ellos, de perdonar y de no poder perdonar. De avanzar en tu carrera profesional mientras tu matrimonio se derrumba. De encontrar el amor tarde en la vida. Romper con maldiciones generacionales. Descubrir que tu hijo tiene una discapacidad. De cómo andamos por la vida con nuestras heridas abiertas y generando nuevas heridas a otros. De cómo nunca es tarde para sanarlas.
Y de que pasamos mucho tiempo tratando de que las cosas sean “perfectas” o a nuestro modo, en vez de aceptar que la vida sucede con o sin nuestro permiso. En el mar de incertidumbre, lo único que tenemos son las experiencias, las historias, y la gente que estuvo cerca de nosotros para vivirlas.
No podemos controlar las diferentes variables de la vida, que inevitablemente nos afectarán. Pero podemos aceptar la única constante, el cambio. Y podemos vivir pensando en esa constante como una oportunidad para renovarnos, en vez de resistirnos y aferrarnos al estado de las cosas.
Un cálido adiós a This is Us. Seguramente volveré a verla en unos años. Me hace ilusión pensar que la experiencia será totalmente distinta, así como yo mismo seré una persona distinta.
Gracias por compartirla conmigo. Allegra también la ve. Así es, benditos 40, llegarás pronto. Sorbe lento, como los niños, sin modales y saboreando la porción de cada día.
❤️